lunes, 2 de mayo de 2016

El descubrimiento de Kapteyn b y c

En la entrada anterior comentamos la profunda impresión que produjo en la sociedad el descubrimiento de dos posibles planetas en la estrella de Kapteyn, una antigua estrella cercana a la Tierra, nacida en otra galaxia, probablemente cuando el propio Universo solo tenía algo más de 2.000 millones de años. Contamos ahora la historia del descubrimiento de estas dos supertierras, de las que una de ellas (Kapteyn b) parecía residir en la zona de habitabilidad de la estrella.

Representación artística de Kapteyn b. (Fuente: Wikipedia)


La estrella de Kapteyn captó la atención en 1898 de Jacobus Kapteyn, al observar un movimiento aparente muy elevado, que en su tiempo era el mayor conocido. Ese movimiento era producido por un lado, por la enorme velocidad relativa de la estrella y por otro, por su cercanía a la Tierra, a algo menos de 13 años luz.

El astrónomo holandés Jacobus Katpeyn, descubridor de la estrella 
(Fuente: Wikipedia)

El descubrimiento de Kapteyn b y c fue anunciado en 2014 por un equipo liderado por Guillem Anglada-Escudé, astrofísico catalán doctorado por la Universidad de Barcelona que, tras pasar por distintos centros de investigación, es actualmente profesor en la Universidad Queen Mary de Londres. Aparecía acompañado por la chilena Pamela Arriagada, doctorada en la Pontificia Universidad Católica de Chile y entonces en la Carnegie Institution en Washington y el finlandés Mikko Tuomi que a menudo colabora con Guillem. En el equipo aparecían también investigadores integrantes del IAA (Instituto Astrofísico de Andalucía), como P. J. Amado, actualmente involucrado en el proyecto Cármenes en el observatorio de Calar Alto.

La astrofísica chilena Pamela Arriagada (Fuente: https://dtm.carnegiescience.edu/people/visiting)

Kapteyn b y Kapteyn c parecían ser dos supertierras con masas como mínimo de 4.8 M⊕ y 7 M⊕, respectivamente, con un periodo de rotación de 48,6 días para b, que caía dentro de la zona habitable de la estrella, y de 121,5 días para c, en una zona más fría. Parecían una prueba de que cuando el Universo era joven ya había planetas formándose. El resultado de la investigación combinaba datos de tres observatorios diferentes. Parecía un resultado sólido.

La señal periódica de los dos planetas.

El jarro de agua fría llegó en 2015 cuando Paul Robertson (Universidad del Estado de Pensilvania) argumentó que la periodicidad de 48,6 días de las velocidades radiales medidas para Kapteyn b no estaban producidas por el supuesto planeta sino por la propia rotación de la estrella, que midió en 143 días (Nótese que 143 / 3 ~ 48,6).

Las discusiones científicas son la sal de la Ciencia. En este interesante debate la respuesta no tardó en llegar por el equipo de Anglada (apenas 1 mes) reafirmándose en sus tesis.


Hoy no parece que pueda decirse que los planetas Kapteyn b y c estén confirmados. Sin embargo, tras la reciente publicación (Guinan et al, 2016) de un periodo de rotación de 82-83 días para la estrella basándose tanto en las curvas fotométricas como en la marca Ca II HK de emisión yo diría, hum, que se inclina la balanza a favor de la existencia del extraordinario planeta Kapteyn b.

En unos años empezaremos a disponer de los resultados de instrumentos de velocidad radial que además de operar en el visible lo hacen en el infrarrojo, como el Cármenes de Calar Alto (Almería). Estos dispositivos son en principio más estables y podrán contribuir a mejorar nuestro conocimiento sobre el hallazgo.

Estemos atentos, que esta aventura apasionante no ha hecho sino empezar.

El anuncio del descubrimiento de Kapteyn b y c:

La crítica de Paul Robertson:

La respuesta de los descubridores:

Lo último publicado sobre el tema:

Muchos componentes del equipo que descubrió los planetas trabajaron en el Carnegie Institute durante 2013:

Página sobre Guillem Anglada:

Página sobre Pamela Arriagada:

Página sobre Paul Robertson:

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